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Como sabes, el marketing es un conjunto de técnicas y acciones comerciales cuyo objetivo es persuadir al consumidor para que elija nuestra marca o producto antes que a otro de iguales características. Este concepto tan básico, se ha ido complicando bastante a lo largo de la historia por diferentes motivos: surgen más competidores, más opciones, nuevos mercados, nuevas necesidades, movimientos culturales y sociales que provocan giros inesperados a los hábitos de consumo, la irrupción de la tecnología…
Si trabajas en marketing, sabrás que cada vez es más difícil impactar en el público y sorprenderlo, sin embargo, las nuevas ramas, como el marketing experiencial, combinado con las últimas tecnologías, son herramientas casi infalibles. ¿Te gustaría saber más acerca de esto? ¡Sigue leyendo!
En este post nos centraremos en el marketing experiencial, en qué consiste, cómo funciona y cuáles son algunos de los ejemplos con los que se suelen obtener mejores resultados.
Nos desenvolvemos en un mercado altamente competitivo, en el que, las empresas necesitan buenas herramientas y estrategias para prosperar y llegar a la cima, y donde los consumidores vivimos en un constante bombardeo de contenidos e información comercial. Entonces, ¿Cómo se podría resolver esta ecuación en la que unos quieren impactar y los otros esquivar las balas? La respuesta está en las experiencias positivas.
Más allá de generar un mensaje comercial que resalte los beneficios de un producto o la imagen de marca, el marketing experiencial tiene por objetivo impactar en el consumidor de una manera mucho más real, con hechos y no con palabras. Donde el marketing tradicional dice soy el mejor, el marketing experiencial hace que tú lo elijas y lo posiciones en tu top of mind.
Las empresas que invierten en marketing experiencial no solo conocen las necesidades de su público, sino también, qué les emociona y qué desean. Este tipo de marketing se basa en la idea de que los consumidores no solo buscan productos y servicios de calidad, sino que también buscan una experiencia completa y satisfactoria que les genere emociones positivas y una conexión emocional con la marca.
El marketing experiencial pretende la interacción directa del consumidor con la marca a través de actividades, ambientes o cualquier tipo de ideas creativas con las que se pueda vivir una experiencia más allá del uso del producto. Para elaborar una acción concreta de Marketing experiencial, antes se deben atender a estos factores:
¿Te gustaría probar a lanzar una acción basada en marketing experiencial pero no sabes por dónde empezar? ¡Inspírate con estos cuatro ejemplos!
Pop-up stores: se trata de tiendas temporales que aparecen en lugares inesperados, como una forma de sorprender al consumidor. Las pop-up stores pueden estar diseñadas para ofrecer una experiencia única, con actividades interactivas, música, juegos y muestras de producto.
Eventos y conciertos: organizar eventos y conciertos para promocionar productos o servicios puede generar una experiencia emocional positiva en el consumidor. Este tipo de eventos pueden incluir actividades interactivas, pruebas de producto y regalos personalizados.
Realidad virtual y aumentada: las tecnologías inmersivas permiten crear experiencias inmersivas que permiten al consumidor explorar productos y servicios de forma interactiva. Por ejemplo, una marca de automóviles podría crear una experiencia de realidad virtual que permita al consumidor explorar el interior de un coche antes de comprarlo.
Experiencias gastronómicas: la comida es una experiencia multisensorial, por lo que crear experiencias gastronómicas puede ser una forma efectiva de conectar emocionalmente con el consumidor. Por ejemplo, un restaurante podría organizar una cena temática que incluya decoración, música y platos especiales para crear una experiencia única.
Aunque existe una estrecha relación entre el marketing experiencial y el neuromarketing, ya que ambos se basan en los procesos neuronales para elaborar sus estrategias y crear una conexión emocional con las marcas, hay dos diferencias clave que bifurcan sus caminos.
El neuromarketing es una disciplina que se encarga de estudiar la actividad cerebral de los consumidores para entender cómo procesan la información y toman decisiones de compra. Por su parte, el marketing experiencial se enfoca en la creación de experiencias emocionales y memorables para los consumidores. Al aplicar técnicas y estudios de neuromarketing en el diseño de experiencias de marketing, se puede entender mejor cómo los consumidores procesan la información sensorial y emocional, lo que permite diseñar experiencias más efectivas y personalizadas. Por ejemplo, se pueden utilizar técnicas como la estimulación de los sentidos o la creación de estímulos emocionales para activar ciertas áreas del cerebro y generar una respuesta emocional positiva.
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