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Desde la más remota Prehistoria, el hombre ha usado la música como método de expresión y para comunicarse, ocupando un lugar protagonista en todo tipo de eventos, actos y celebraciones. Está presente en todos los estadios de la sociedad y, alrededor de ella, hasta se han llegado a generar diferentes grupos y movimientos culturales.
La música es mucho más que juntar notas musicales, es juntarlas de manera que consigan transmitir sensaciones y motivar a la acción a los oyentes, como de hecho ocurre en el deporte. Diversos estudios han demostrado que cuando se usa música para entrenar, el rendimiento de los atletas mejora notablemente. ¿Te gustaría saber por qué? ¡Quédate con nosotros en este post para enterarte de todo!
¿Quién no escucha música en algún momento del día? Para trabajar, para desplazarse, para hacer deporte… cuando escuchamos música, el estado de ánimo cambia y somos capaces de ser más eficientes y de concentrarnos mejor.
¿Sabías que Utilizar música para entrenar tiene dos ventajas fundamentales? Se fomenta la motivación y la constancia, dos factores clave en el rendimiento deportivo.
Seguro que te has hecho muchas veces esta pregunta tan sencilla y tan compleja al mismo tiempo. Al parecer, nuestros antepasados homínidos, a falta de un lenguaje normativo, usaban todo tipo de sonidos para comunicarse, incluyendo la risa y los vocablos melódicos que permitían reconocerse entre grupos. El canto fue clave para las primeras organizaciones sociales y un precursor del lenguaje.
Se podría decir que la música tiene un origen instintivo, y, por tanto, que no es solo cosa de humanos. Estudios realizados con pájaros zorzales, detectaron que tenían un repertorio de 71 canciones que se repetían y a los que respondían entre iguales, es decir, la música tiene una base biológica.
Pero volvamos a la especie humana. Estos sonidos han evolucionado a medida que nosotros nos hemos desarrollado y se ha llegado a la conclusión de que nos gusta escuchar música porque está hecha con sonidos parecidos a los que nosotros mismos emitimos. Nuestro sistema auditivo y nuestro cerebro evolucionaron para captar y poner el foco en los sonidos generados por los seres humanos y para descartar al resto. Este es uno de los motivos por los que las personas no podemos oír el canto de las ballenas o distinguir a un perro de otro por su ladrido (a no ser que este nos sea muy familiar).
Numerosos estudios demuestran que cuando usamos música para entrenar, las sesiones se intensifican y subimos el ritmo, porque, sin querer, tendemos a seguir el compás. Sin embargo, se nos hace mucho más ameno porque los movimientos se sincronizan y se reduce la sensación de fatiga. Gracias al estímulo auditivo, se activa una región del cerebro que produce una sensación de vitalidad y fuerza.
Quizás no sepamos la explicación científica del porqué nos sienta tan bien escuchar música, pero sí que somos conscientes del bienestar que nos reporta. Esto es lo que pasa en el cerebro cuando nos ponemos música activa para hacer las tareas más llevaderas:
Aunque dependerá mucho de tus preferencias personales, la música siempre tiene un acceso directo a nuestro sistema límbico, por eso, casi que parece curativa. La mejor música para entrenar es toda la que cause un efecto activador en ti. A medida que vamos adentrándonos en el entrenamiento, podemos subir progresivamente la intensidad de la música para que esta vaya acorde. Aquí te dejamos algunos ejemplos de la música para entrenar más eficaz.
Música electrónica: este género suele tener un ritmo rápido y constante que puede ser útil para entrenamientos de alta intensidad.
Hip-hop y rap: la música con ritmos fuertes y letras motivadoras puede ser útil para entrenamientos de fuerza y levantamiento de pesas.
Rock y heavy metal: este género es ideal para entrenamientos de alta intensidad, especialmente si te gusta la música con guitarras distorsionadas y baterías fuertes.
Música latina: la música latina tiene un ritmo rápido y energético que puede ser perfecto para entrenamientos de baile y cardio.
Música ambiental: no olvides estirar después del entrenamiento con este tipo de música relajante, te ayudará a disminuir pulsaciones y a volver a la calma.
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